Corriente Independiente de La Laguna

Marzo 9


Comida para el pensamiento.

Pensamiento del Día.

No hay un último “mmmm”.

Cuando comíamos en exceso, buscábamos una máxima experiencia de satisfacción a partir de la comida. No importa qué tipo de alimento comiéramos, o qué cantidad, nunca conseguíamos llegar a esa experiencia de máxima satisfacción, a ese “mmmm” esencial.  Siempre se encontraba un poquito más adelante, en el siguiente bocado.

¿Es que finalmente nos hemos dado cuenta que el “mmmm” esencial que buscábamos en la comida simplemente no existe? No importa qué comamos, ni cuánto, éste siempre se nos escapará. Sea cual fuere lo que estamos buscando “felicidad, éxito, paz, satisfacción“, eso no lo vamos a encontrar en el refrigerador.

Nosotros no prometemos que el seguir el programa de TA brindará la inmediata satisfacción o la felicidad perpetua. Lo que sabemos es que a través de los Doce Pasos obtenemos experiencias positivas que no teníamos antes de unirnos a TA. Nos sentimos más contentos, tenemos más éxito, nos sentimos más en paz y más satisfechos de lo que estuvimos alguna vez antes de haber descubierto este programa.

Al darnos cuenta de que la comida no brinda ese “mmmm” esencial, podemos dejar de destruirnos tratando de alcanzar un arco iris que no existe.

Que deje yo de buscar la felicidad donde no se encuentra.

24 horas al día.

Pensamiento del Día.

Si tuviéramos fe absoluta en el poder de Dios para guardarnos de tragar, y si entregáramos a Dios enteramente y sin reservas nuestro problema, ya nada más tendríamos que hacer acerca de ello. Quedaríamos libres de tragar de una vez por todas. Pero ya que nuestra fe se inclina a ser débil, tenemos que fortalecer y elevar esta fe. Lo hacemos en varias formas. Una es mediante la asistencia a reuniones, donde escuchamos de los demás la forma como han encontrado toda la fortaleza que necesitaban para superar la obsesión de la comida.

– ¿Está siendo fortalecida mi fe mediante este testimonio personal de otros tragones?.

Meditación del Día.

Es la calidad de mi vida lo que determina su valor. Con objeto de juzgar el valor de la vida de un hombre, es necesario establecer una norma. La vida más valiosa es la que se vive con honradez, pureza, altruismo y amor. Todas las vidas de los hombres tienen que ser juzgadas con esta norma para poder determinar su valor para el mundo. Conforme a esta norma, la mayoría de los llamados héroes de la historia no fueron grandes hombres, porque ¿qué beneficia a un hombre ganar el mundo si pierde su propia alma?

Oración del Día.

Ruego porque pueda ser honrado, puro, desinteresado y amoroso. Pido poder hacer buena la calidad de mi vida mediante estas normas.

Reflexión diaria A.A.

Abandonar la obstinación

Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 37

Por deseoso que se esté de hacerlo, ¿exactamente cómo puede uno poner su voluntad y su vida al cuidado del Dios que crea existir? En mi búsqueda de la respuesta a esta pregunta, llegué a apreciar la sabiduría con la que el Paso fue escrito: es un Paso de dos partes.

Podía ver que en mis días de bebedor había muchas ocasiones en que debería haber muerto o, al menos, debería haber sido herido; pero esto nunca sucedió. Alguien, o algo, me estaban cuidando. He decidido creer que mi vida siempre ha estado bajo el cuidado de Dios. Sólo El dispone el tiempo que se me concederá hasta la muerte física.

El asunto de la voluntad (la voluntad de Dios o la mía) es la parte del Paso que es más difícil para mí. Solamente cuando he experimentado suficientes dolores emocionales, por medio del fracaso de mis intentos de repararme a mí mismo, puedo llegar a estar listo a someterme a lo que Dios tiene dispuesto para mí. La sumisión, la entrega, es como la calma después de la tormenta. Cuando mi voluntad está conforme con la voluntad de Dios, hay paz interior.

El lenguaje del adiós.

Cuidemos de nosotros mismos

No podemos fijar un límite y cuidar los sentimientos de otra persona a la vez. Es imposible; las dos acciones se contradicen.

¡Qué virtud tan tremenda tener compasión por los demás! ¡Qué difícil puede ser esta misma cualidad para establecer límites! Es bueno preocuparse de otras personas y de sus sentimientos, pero también es esencial cuidar de nosotros mismos. A veces, para cuidar bien de nosotros mismos, necesitamos elegir

Algunos de nosotros vivimos con un mensaje profundamente imbuido de nuestra familia, o de la iglesia, acerca de nunca herir los sentimientos de los demás. Podemos reemplazar este mensaje con otro que diga que no está bien que nos lastimemos a nosotros mismos. A veces, cuando cuidamos de nosotros mismos, otros reaccionan sintiéndose heridos.

Eso está bien. Nosotros aprenderemos, creceremos y nos beneficiaremos con la experiencia; y ellos también. El impacto más poderoso y positivo que podemos tener sobre los demás se logra asumiendo la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos y permitiendo a los otros que sean responsables de sí mismos.

Tener interés en los demás funciona. Cuidarlos, no. Podemos aprender a caminar entre estos dos extremos

Hoy fijaré los límites que necesite establecer. Dejaré ir mi necesidad de cuidar los sentimientos de los demás y, en cambio, cuidaré de los míos. Me daré permiso de cuidarme a mí mismo, sabiendo que es lo mejor que puedo hacer por mí mismo y por los demás.

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